jueves, 11 de septiembre de 2014

Relación Médico - Paciente


"La Carrera de Medicina, está llena de múltiples valladares; habrá caídas, pero hay que levantarse, sacudirse y continuar.  Y esto se dice no sólo por las bajas que puedan existir al momento de las evaluaciones y los exámenes, sino también de los fracasos que ya en la práctica clínica, con los pacientes o con los familiares de los pacientes, se puedan tener, si las medidas terapéuticas aplicadas a ellos no tienen éxito.  Y esto continuará a lo largo de nuestras vidas, lo cual sirve también para modelar el carácter, el sistema de vida, la templanza ante el éxito o el fracaso, ante múltiples situaciones de la práctica diaria, ante el enfrentamiento diario con la vida y con la muerte."

Así, tal cual lo dice el Dr. Acevedo, es como nosotros nos vamos formando.  Vamos adquiriendo una responsabilidad "personal" con cada uno de nuestros colegas, cuando se trabaja como un equipo per se.  Pero, cuando ya nos encontramos solos frente a pacientes que cada vez son  mucho más exigentes, mucho más informados y conscientes respecto a su salud, pues es aquí cuando florece nuestra responsabilidad "personal" frente a ellos, y ante todo la ética con que deben ser tratados.

En la actualidad se tiene la fortuna de que en la mayoría de los casos, la relación Médico-Paciente, es bastante cordial, con una fluidez de comunicación que, como sabemos, es vital para llegar al objetivo final, que es el diagnóstico y tratamiento adecuado del paciente, puesto que no debemos olvidar que esta relación es un binomio de trabajo, que va evolucionando, se influencia del medio y se va transformando constantemente.  En cuanto podemos entablar y sobrellevar está relación, se obtienen bastante satisfacciones, y es en este punto cuando, desde una formación temprana, se debe ir cultivando y desarrollando las características que nos harán sobresalir como "Buen Clínico" y, es esto último lo que nos catapultaría al estatus (así le llamo yo) del "Médico de Cabecera".

Hay que tomarle vital importancia, casi como un meta diría yo, el querer y aspirar a ser el "Médico de Cabecera" de cada uno de nuestros pacientes, porque a como van las cosas, con tantas especialidades y subespecialidades en el gremio medico, pues llegar a ser el "Médico de Cabecera" de alguien, es un gran honor, una gran recompensa, puesto que no llegamos a serlo por ser renombrados, por ser exitosos, por tener muchas especializaciones, capacitaciones o que se yo más, uno llega a obtener ese titulo por parte del paciente cuando éste siente la comprensión por parte del médico a todas las situaciones y circunstancias que acaecen a su enfermedad, todo relacionado en gran medida con lo que se conoce como -Empatía- que no es más que la habilidad y capacidad para saber lo que un enfermo siente, intuir sus sentimientos, conocerlo a través de las palabras que se entrecruzan y con el llamado "Lenguaje no Verbal". 


Obviamente, cuando el médico analiza el proceso patológico del paciente, lo debe hacer con un sentido de visión integral y completa, pues muy importantes son las alteraciones orgánicas, el diagnóstico, el tratamiento y el pronóstico que pueda evidenciarse en el transcurso del tiempo, pero también es de vital importancia reconocer y atender como vive personalmente cada paciente frente a su enfermedad, como la afronta, y además tener en cuenta las implicaciones que le ocasiona en sus círculos social, cultural, entorno familiar, trabajo y de último pero no menos importante, a nivel psicológico. 

Por ello, la próxima vez que tengas la oportunidad de entablar una relación de este tipo, es de valor muy grande tomar en cuenta todo cuanto el paciente necesite, y añadido a ello, atenderle con la mejor de las disposiciones, puesto que recordemos que la mayoría de los pacientes hará todo lo que el médico le ordene, y ¿Por qué?, pues, simplemente porque los pacientes confían en nosotros como facultativos, y está misma confianza provocara un adecuado beneficio, si es que podemos ganarla adecuadamente.  No olvidemos también, ser sensibles, sociables, empáticos, porque la mayor queja que tienen los pacientes es la falta de sensibilidad y empatía que el médico les demuestra y hace sentir, para evitar todo esto, tratalos tal cual a ti te gustaría ser tratado, un refrán viejo, pero muy acertado que no debemos olvidar ponerlo en marcha.

Por último, inspírate en la idea de que los pacientes digan ... "Ese es mi Doctor(a)" , o el ya no tan oído "Yo consulto con Mi Médico de Cabecera".  Esto no solo te hará "mencionado" en los círculos de tu paciente sino te entrega una de las más grandes recompensas del entorno médico, que es el reconocimiento de tu trabajo y de tu calidad por parte de la persona a la que prometiste servir... el paciente. Tu paciente.


No hay comentarios:

Publicar un comentario